La
situación en la que he encontrado a la escuela, no puedo decir que es lo que
esperaba, ni puedo considerarlo un escenario idílico para el desarrollo pleno de nuestros estudios
superiores.
El
ambiente que pude percibir desde los primeros días de clases fue una
incompetencia y falta de liderazgo por parte del director de ésta institución,
más allá de los diferentes desastres que conllevó la “novatada” que puso en
riesgo la estabilidad de los alumnos, y que también provocó pérdidas constantes
de clases, y una frenética ola de pánico que se extendió alrededor del alumnado
de nuevo ingreso. Otro aspecto muy notorio que influye en la vida académica de
ésta escuela Normalista, es que los docentes se encuentran divididos en
especies de “bandos” los que más resaltan a la vista de todos son el bando que
está en contra de las nefastas conductas de los directivos, y aquellos que no
apelan o se ven beneficiados por ellas. Se pueden escuchar constantemente las quejas de los docentes en contra, tan
constantemente que el alumnado comienza a acostumbrarse. Un ejemplo de las
malas decisiones en el manejo de los recursos es la compra de equipos Mac para
el aula de inglés, cuando los trabajos que se realicen dentro de dicho
laboratorio no podrán abrirse en otras maquinas con el sistema operativo más
popular (Windows). También los diferentes errores que se encuentran en el nuevo
reglamento, que es más bien una imposición dado que en ningún momento se
consultó la opinión del consejo estudiantil, pone en resistencia a los alumnos
de primer semestre ya que este reglamento no es aplicable al contexto en el que
nuestra vida escolar se está desarrollando. Otro punto a analizar es la imposición
de un uniforme de modelo colegial inglés de secundaria para una universidad,
tomando en cuenta los altos costos de éste, que no tiene consideración a la
situación económica por la cual está pasando las familias de los estudiantes después
de la alta cuota de inscripción. Por el lado de la sociedad estudiantil, se ve
una constante rivalidad entre algunos grupos, también una muy marcada tendencia
a violar los acuerdos tomados por toda la escuela y un consejo de
representantes de cada grupo frágil e inestable. Y la situación más reciente:
la apatía demostrada por la mayoría de los normalistas de la escuela normal “Fray
Matías Antonio de Córdoba y Ordóñez” para unirse al movimiento de resistencia
en contra de la reforma laboral del personal docente viene siendo la cereza del
pastel. Motiva ver la conducta de nuestros maestros al unirse al paro nacional,
y únicamente como persona cuentan con mi respeto, apoyo y admiración, esperando
crear conciencia entre los estudiantes para poder incorporarnos a tan
mencionado movimiento. Una cualidad que encuentro en la institución es la
infraestructura de ésta, se encuentra en buenas condiciones; siendo un recinto
seguro para él alumnado, siento conveniente el anexo de extinguidores en caso
de incendio.